Hoy en día es difícil que alguna de las personas que conocemos no cuente con, al menos, un ordenador. Asimismo, como toda persona tendremos que hacer el acto de ir a comprar ese gran invento llamado ordenador.  A la hora de comprar un ordenador podemos encontrar dos supuestos: conocer el ordenador que queremos o no tenerlo claro. Esta será la parte e idea fundamental de nuestro artículo. Veamos por qué.

Imaginemos el primer supuesto, donde conocemos que ordenador queremos. Pongamos que el ordenador que me gusta es un LENOVO, marca que ha ganado un gran auge en los últimos años por su gran trabajo tanto en procesador como en los diferentes componentes que forman el interior de sus portátiles. En este caso, he optado por un ULTRABOOK, que como muchos sabréis se tratan de portátiles más finos a la vez que más rápidos. Eso sí, nada es regalado, por lo que tendremos que pagar un poco más por esta gama de ordenadores.

Este portátil que ponemos como ejemplo tiene un precio cercano a los 900€. Por lo tanto, ya que nos metemos en un gasto alto, habría que conocer todo lo que nos rodea. Lo habitual, es que acudamos a las grandes empresas o Grandes Almacenes para adquirir el mismo. Allí optaremos por dos opciones, el pago único o el simple complicado pago financiado, el cual requiere de multitud de papeleos. Una vez allí, le preguntaremos, por hacer porque realmente casi todos hacemos esta absurda pregunta, ¿qué tal ha salido este ordenador?. Con dicha pregunta siempre esperamos obtener el beneplácito del trabajador. Lo que está claro, es que en el 90% de las veces se da y en el 10% nos consiguen vender otro de idénticas características que no ha tenido salida en la empresa. ¿Realmente queremos que nos usen para librarse de ese stock que no venden?. Aún así, debemos vernos en el mejor de los supuestos, hemos comprado el equipo que queríamos.

Nos vamos a nuestro domicilio y allí empezamos a usarlo. Pasan los dos años de garantía, ya que antes nunca se estropea el ordenador…, y comenzamos a tener problemas en nuestro ordenador. Que sí lentitud, que si fallos de software… De todo. Ahí es cuando comenzamos a ver el por qué nos hemos equivocado al comprar en un gran almacén. Nos cobrarán un alto importe por mano de obra, así como por el servicio en sí que necesita de reparación. Lo peor, no se acuerdan de a quién y qué ordenador están tratando. Eso es algo normal, viendo la cantidad de clientes y ordenadores que pasan por sus manos.

Comprar un ordenador en el pequeño comercio

Ahora bien, pongámonos en el otro bando. Vamos a una comercio pequeño de informática y preguntamos al encargado/vendedor por un tipo de ordenador. Le damos las indicaciones precisas o por el contrario, le decimos el tipo de modelo que queremos. Posiblemente y sólo a veces,  el precio sea ligeramente superior al de los Grandes Almacenes. Hay ocasiones que es debido a la falta de stock, pero esto no es lo más importante. Esa persona que te venderá el ordenador te va a recordar como aquel que compró tal ordenador. Tu PC tendrá una cara para él. 

Cuando a los dos años, en el caso de que te de problemas, vayas a reparar ese fallo oportuno, el vendedor o informático se acordará de ese ordenador que te vendió y por consiguiente, todo lo que allí te hagan tendrá una garantía real y moral. A su vez, los procedimientos de financiación en estos pequeños comercios suelen ser más flexibles, facilitando así que la persona no tenga que «sufrir» tanto en el momento de la compra. Realmente, comprar en el pequeño comercio informático te da más oportunidades. Por consiguiente obtendrás a cambio un trato personalizado, inigualable para las grandes empresas. Ahí es donde se esconde el secreto de los pequeños comercios.


FOTO: Pyme.es